Existe, en la Bal de Chistau, una receta de paté de carne que ha pasado de generación en generación hasta llegar a convertirse en el paté típico de la zona.
Sin embargo, si echamos la vista atrás, podemos entender que esta receta fue importada del lado francés cuando, después de la guerra Civil y ante la falta de sustento de la posguerra, muchas mujeres del valle marcharon a Francia para servir en casas de familias acomodadas o fondas.
De allí se trajo esta receta, entre otras, Teresa, quien, en aquellos años, llegó hasta Loudenvielle en busca de trabajo, cruzando el Puerto de la Pez.
Hoy, Eva Fillat, su bisnieta, nos cuenta que, aunque ya ha pasado mucho tiempo y las historias se han ido olvidando, su madre todavía recuerda a su abuela contándole que, trabajando en la fonda, en cualquier momento se ponían a hacer paté, por la demanda de huéspedes y abundancia de animales en las tierras francesas.
Eva Fillat ha conseguido sacar del olvido la historia de su bisabuela, abriendo “Chistau Sabor” su propio obrador de patés artesanales, en el pueblo de Saravillo.
¡Todo gracias a esa receta que la bisabuela Teresa se trajo consigo!
