Los senderos del comercio

Los primeros vestigios del comercio entre la comarca de Sobrarbe y las comunidades de Bigorre y Comminges, datan, nada más y nada menos, del s.II a.C. 

La prueba reside en algunas monedas que todavía se conservan, a buen recaudo, en las comunidades francesas.

Sin embargo, fue a partir de la Edad Media cuando el comercio entre ambas vertientes tomó mayor fuerza. 

Además de todo tipo de productos alimenticios, ganado, materia prima o textiles, que se importaban y exportaban a gran escala entre grandes ciudades como Zaragoza y Toulouse, existía otro tipo de comercio local del cual formaban parte algunos productos de la montaña, exentos de impuestos especiales, como por ejemplo, las teas de pino del valle de Pineta, tan codiciadas por los habitantes del valle de Barèges.

La mayoría de la producción local se vendía en las ferias, siendo la feria ganadera de Bielsa una de las más importantes, desde su nacimiento en 1695 ¡se celebraba el día 25 de cada mes!

Para impulsar estas relaciones transfronterizas, en el año 1513, se firmó, entre ambas coronas, el Plan d’Arneu, mediante el cual, los sobrarbenses podían comerciar libremente hasta Sarrancolin y Aure y, los habitantes de este valle francés, podían hacer lo propio hasta el Puente de Salinas de Sin y Saravillo.

Ya ves como, en unas pocas líneas, hemos dado un repaso a la importancia histórica de estos caminos de herradura que, ahora, tú tienes la misión de honrar ¡y disfrutar!