{"id":2927,"date":"2022-09-10T00:17:17","date_gmt":"2022-09-09T22:17:17","guid":{"rendered":"https:\/\/contrebandiers.org\/?post_type=historias_trans&p=2927"},"modified":"2022-09-20T13:16:12","modified_gmt":"2022-09-20T11:16:12","slug":"el-leon-de-boris","status":"publish","type":"historias_trans","link":"https:\/\/contrebandiers.org\/es\/historias_trans\/el-leon-de-boris\/","title":{"rendered":"El Le\u00f3n de Boris"},"content":{"rendered":"
El peque\u00f1o Le\u00f3n naci\u00f3 en casa Juan<\/i>, en una \u00e9poca en la que la palabra \u201csobreproteger\u201d no se conoc\u00eda. Por aquel entonces los hijos, en lugar de traer un buen fajo de facturas bajo el brazo como ocurre hoy, estaban destinados a traer ese pan que todos hemos escuchado nombrar en alguna ocasi\u00f3n. O, al menos, se ve\u00edan obligados a gan\u00e1rselo en cuanto sus padres consideraban que ya ten\u00edan edad para ello. A Le\u00f3n le lleg\u00f3 su hora cuando no deb\u00eda de tener m\u00e1s de once o doce a\u00f1os. La vida no se lo hab\u00eda puesto f\u00e1cil, su padre muri\u00f3 cuando \u00e9l ten\u00eda tres a\u00f1os, ni siquiera lo recordaba. Su madre y sus dos hermanas mayores se afanaban para sacar adelante la peque\u00f1a hacienda familiar. \u00c9l estaba destinado a convertirse en el hombre de la casa y cuanto antes mejor, por lo tanto, deber\u00eda saltarse toda esa etapa de vivir una infancia feliz destinada a forjar un adulto equilibrado. As\u00ed que una buena ma\u00f1ana, sin apenas recibir explicaciones, el muchacho se vio atravesando las monta\u00f1as por el puerto de Plan en compa\u00f1\u00eda de su t\u00edo, en busca de nuevas experiencias y un desconocido amo a quien servir y obedecer. Este lo encontraron en la vertiente norte del Pirineo, en el pueblo de Bourisp<\/i>, donde los grandes picos se dan una tregua dando lugar a una f\u00e9rtil llanura a orillas del rio Aure. El recibimiento, sin ser excesivamente cordial, s\u00ed result\u00f3 correcto, al estilo de las gentes de aquellos lugares. Le\u00f3n observaba en silencio mientras su t\u00edo y aquel se\u00f1or de frondoso mostacho se iban animando al calor de sendos vasos de vino y bromeaban e intercambiaban frases con algunas palabras extra\u00f1as e ininteligibles para \u00e9l. La casa era la m\u00e1s grande que Le\u00f3n hab\u00eda visto jam\u00e1s, con un gran patio, huerto, cuadras, cobertizos y una enorme vivienda de dos plantas.<\/p>\n Aquella tarde Le\u00f3n se sinti\u00f3 muy solo. No entend\u00eda una palabra de lo que le dec\u00edan los habitantes de la casa. Por lo visto nadie en aquel pueblo entend\u00eda su idioma. Le miraban raro y hablaban m\u00e1s raro todav\u00eda. Hasta la comida que le sirvieron en la cena, le pareci\u00f3 extra\u00f1a. Le\u00f3n se fue a dormir sin dejar de pensar en que los siguientes meses iban a ser un infierno, no ser\u00eda capaz de soportarlo.<\/p>\n Al d\u00eda siguiente de su partida, en casa Juan<\/i> nada fue lo mismo. La marcha de Le\u00f3n hab\u00eda dejado un vac\u00edo inc\u00f3modo. Faltaban sus risas, sus peque\u00f1as travesuras y hasta sus enfados se echaban de menos. Sus hermanas no dejaban de preguntarse como lo estar\u00eda pasando y su madre se lleg\u00f3 a plantear si habr\u00edan hecho bien en enviarlo tan lejos.<\/p>\n Mar\u00eda segu\u00eda inquieta, el extra\u00f1o presentimiento de que algo malo iba a ocurrir no dejaba de acecharla. Y sus augurios no tardar\u00edan mucho en cumplirse. Tras la cena, Marieta y Joaquina decidieron irse a dormir un poco abatidas ante la ausencia del peque\u00f1o que, sin duda, era la alegr\u00eda del hogar. Tras escuchar un grito de p\u00e1nico, Mar\u00eda vio c\u00f3mo sus dos hijas aparec\u00edan en la cocina demudadas, como si hubieran visto al mism\u00edsimo diablo. Ella, mujer serena y curada de espantos, se dirigi\u00f3 a la habitaci\u00f3n para comprobar que era lo que hab\u00eda aterrorizado de aquella manera a las dos hermanas. Desde el umbral, y a la tr\u00e9mula luz del candil, sinti\u00f3 que le daba un vuelco el coraz\u00f3n al observar como un bulto enorme yac\u00eda bajo las mantas sin emitir sonido alguno. Pero sin duda, el leve movimiento demostraba que era un ser animado. Regresaron a la cocina y la mayor de las chicas sali\u00f3 corriendo en busca de su t\u00edo. Aquel tambi\u00e9n se par\u00f3 en seco al ver con sus propios ojos como el ser se mov\u00eda y parec\u00eda agazapado esperando el momento propicio para saltar sobre ellos.\u00a0<\/span><\/p>\n Los siguientes minutos fueron ca\u00f3ticos. En menos de media hora se hab\u00edan congregado en casa Juan<\/i> un numeroso grupo de personas entre autoridades, familiares y curiosos. No faltaban teor\u00edas de lo m\u00e1s extravagantes y quien comentaba entre dientes que estaban siendo castigados por haber enviado a Le\u00f3n a un lugar tan lejano. Poco a poco, pareci\u00f3 imponerse el sentido com\u00fan y el alcalde, los carabineros con sus armas dispuestas, y el cura, acompa\u00f1ado de un valiente monaguillo, dieron un paso al frente y se aventuraron a entrar en el cuarto y enfrentarse a la bestia. Mientras, el resto de curiosos se agolpaban por pasillo, escaleras y cocina. El p\u00e1rroco, parapetado tras un gran crucifijo, comenz\u00f3 a invocar al ser sobrenatural.\u00a0<\/span><\/p>\n \u00a0<\/span>Pero nada, todo segu\u00eda igual, y los comentarios no presagiaban nada bueno. Por fin, un d\u00e9bil gemido surgi\u00f3 de entre las ropas. Todos retrocedieron y el bulto comenz\u00f3 a moverse lentamente dando la sensaci\u00f3n de que se incorporaba. Se hizo un silencio sepulcral, la tensi\u00f3n iba en aumento y, de repente, sabana y mantas se levantaron en un r\u00e1pido movimiento. La sorpresa fue tan grande como tranquilizadora. All\u00ed estaba Le\u00f3n abriendo unos ojos como platos, asustado y avergonzado, pregunt\u00e1ndose si \u00e9l era el causante de todo aquel alboroto.<\/p>\n Y s\u00ed, el ni\u00f1o hab\u00eda decidido regresar de Francia en cuanto el amo de la casa lo hab\u00eda despertado con las primeras luces del alba para comenzar su jornada laboral. Huy\u00f3 de Bourisp y volvi\u00f3 solo, intentado desandar el camino recorrido con su t\u00edo el d\u00eda anterior. Hab\u00eda llegado a Plan al anochecer y ocult\u00e1ndose de todo el mundo hab\u00eda conseguido meterse en su casa sin ser visto. All\u00ed, asustado ante la bronca que se preve\u00eda, decidi\u00f3 esconderse dentro de la cama y esperar. Aunque nunca imagin\u00f3 que, involuntariamente, pudiera haber organizado tanto revuelo.\u00a0<\/span><\/p>\n Resuelto el misterio, las autoridades abandonaron la casa sinti\u00e9ndose burladas por un simple muchacho y advirtiendo a madre y t\u00edo de que ser\u00eda conveniente castigar al chaval, ahora que a\u00fan estaban a tiempo de corregirlo. Los vecinos se fueron despidiendo lentamente mientras comentaban entre ellos la sorprendente an\u00e9cdota. Mar\u00eda y sus dos hijas a duras penas pod\u00edan ocultar una picara sonrisa ante la nueva ocurrencia del vivaracho Le\u00f3n.<\/p>\n La historia no caer\u00eda en el olvido y servir\u00eda para que, en adelante, durante sus noventa a\u00f1os de vida, al bueno de Le\u00f3n de Juan<\/i> se le conociera tambi\u00e9n por el sobrenombre de \u201cLe\u00f3n de Bor\u00eds\u201d.<\/p>\n\n
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